Cecilia nació en Río Tercero, provincia de Córdoba, el 22 de febrero de 1948. Nació en su casa (en esa época las parteras iban a las casas). Tenía una hermana, Graciela, quien recuerda con cariño: «juntas transitamos una infancia feliz de pueblo, con familia, con amigas, con abuelos y relatos de sus propias luchas, con un impulso por querer saber más, por estudiar.» De su madre heredó el espíritu crítico, y le agregó la formación académica y la búsqueda permanente de respuestas superadoras, complejas, aunque nunca cerradas.

Cursó el secundario en la Escuela Nacional de Comercio, en Río Tercero, egresando en 1966, con el título de perito mercantil. También estudió y se recibió de profesora de piano. Junto con la adolescencia vinieron otros planteos, otras preguntas; lo religioso, lo social, lo político, la cuestión de clase. Esto generó la necesidad de cruzar las vías ferroviarias del pueblo y de esta manera conocer los barrios marginales y escondidos. Así, junto con su hermana, conocieron la pobreza en sus formas más extremas y cambiaron para siempre su perspectiva de ver el mundo. Estas vivencias definieron su vocación.

Es así que decide estudiar Psicología, en 1967, con la convicción que desde allí se podía hacer algo por los demás. Luego la vida universitaria y los años ’70 de Córdoba moldearon el resto. Egresó como Psicóloga de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Una colega y amiga, Laura Vilte, la recuerda: «Ceci era hermosa, amaba la psicología y era militante comprometida con lo social. Estudiamos materias juntas. Era una mujer muy serena con mucho temple”.

Trabajó un tiempo como empleada administrativa en la casa de Fotografía Moreno.

Estaba casada con Benjamín Ávila, y tenían una hija, Carolina. Ambos militaban en la Organización Comunista Poder Obrero (OCPO). Su hija la recuerda: «si bien tenía tres años y medio y no tengo recuerdos conscientes, sé que mi mamá era una persona muy pura, con muchos ideales, con muy buenas intenciones, inteligente, apasionada y con mucho amor. Conservo algunas cosas escritas de ella, diarios que hizo hasta la adolescencia, unos cuentos, y también siento que en muchas cosas nos parecemos.»

Cecilia fue secuestrada el 14 de agosto de 1976 de su domicilio (9 de Julio 1308) en barrio Alto Alberdi de la ciudad de Córdoba en presencia de su hija. Esa noche, sus padres inician la búsqueda comunicándose con contactos militares quienes le pidieron que se presenten en la comisaría de Rio Tercero. Al momento de cumplir con lo requerido, su padre fue secuestrado y torturado durante el transcurso de cuatro días en el Departamento de Informaciones D2 de la Policía de la Provincia de Córdoba. Su esposo Benjamín Ávila Alfaro fue asesinado el 13 de agosto de 1976 y sus restos fueron recuperados por su familia.

En el año 2017 en el marco de las Jornadas Nacionales de Derechos Humanos «decir lo indecible» organizadas por el Colegio de Psicólogos, el Archivo Provincial de la Memoria junto con el Colegio de Psicólogos, el Seminario de Memoria y Comunidad de la Facultad de Psicología, familiares y allegados presentaron un álbum colectivo de estudiantes, docentes y graduados desaparecidos y asesinados de esa Facultad, donde se encuentra la vida de Cecilia.

Cecilia tenía 27 años. Aún continúa desaparecida.