Otro femicidio acrecienta la cifra del horror que vivimos las mujeres, mujeres trans, travestis y géneros disidentes. En Buenos Aires, Rocío fue asesinada por su compañero de trabajo el 3 de junio, día elegido hace ya 8 años para decir NI UNA MENOS. No alcanza ni gritándolo, ni marchando, ni tampoco con restricciones como tenía Rocío.
En Córdoba, semanas antes, nos enterábamos que Milagros había sido asesinada por su padre, ella también contaba con una orden de restricción por la violencia que el femicida ejercía hacia su madre.
NO PARAN DE MATARNOS.
Si bien las cifras del horror señalan que el mayor porcentaje de femicidios ocurre a manos de parejas y ex parejas, también nos violentan, acosan y matan en nuestros trabajos, en las calles, además de en nuestras casas.
Desde el Observatorio de Género, Diversidades y Disidencias nos solidarizamos con lxs seres queridxs de Rocío y Milagros, y no olvidamos que los femicidios nos atraviesan a todxs, son un flagelo que se extiende en nuestra provincia, en nuestro país y en todo el mundo.
Necesitamos y exigimos políticas públicas que tengan incidencia real en la reducción de las violencias y no sólo releven femicidios y casos de violencia.
Necesitamos un mayor compromiso del Estado en la promoción de la paridad entre los géneros en las instituciones.