Este año se cumplen 30 años desde que la Federación Mundial para la Salud Mental y la OMS propusieran esta efeméride, en consonancia con los lineamientos de salud integral sostenidos por la propia OMS desde 1948, con el objetivo de visibilizar y concientizar sobre diversas problemáticas y estrategias prioritarias de abordaje y apoyo a la población que atraviesa padecimientos subjetivos.
Cada año se establece un tema de campaña siendo el lema del 2022: «Hacer de la Salud Mental y el bienestar para todxs una prioridad mundial».
Aún compartiendo esta premisa de bienestar prioritario, como sucede en las sucesivas campañas globales, nuestra realidad regional y local tiene particularidades propias. Transitamos actualmente a nivel local, un momento de profundización de cuestionamientos y controversias alrededor de la Ley Nacional de Salud Mental 26.657 (sancionada en 2010) cuya plena implementación todavía se reclama.
El cambio de paradigma que implica el fortalecimiento de la atención comunitaria y territorial, la sustitución efectiva de lógicas manicomiales mediante diferentes dispositivos de abordaje y alojamiento, la inclusión de las personas en la vida de su entorno social, requieren de una ejecución presupuestaria que aún es deficitaria.
La transformación no finaliza en el cierre de instituciones manicomiales; ademas de los dispositivos de atención territorial, la ley contempla articulaciones intersectoriales, interministeriales, que posibiliten el pleno acceso a una vida digna e integrada a su comunidad a quienes atraviesan un padecimiento mental.
Desde hace 8 años (2014), para visibilizar este reclamo de plena vigencia de la Ley, se realiza en Córdoba, la Marcha por la Salud Mental. Este año les invitamos a sumarse a la novena edición que se realizará el 11 de noviembre bajo el lema «Cumplir la Ley es prioridad, hay que invertir en la Comunidad».