“Duelo genético.”
Esta temática no suele ser puesta en palabras, sin embargo, atravesar un tratamiento con donación de gametos, es un proceso complejo con implicancias psíquicas y que requiere tiempo para ser elaborado.
Las técnicas en reproducción asistida con donación de gametos están teniendo elevados porcentajes de éxito con respecto a los resultados médicos, pero conllevan una renuncia subjetiva significativa para las y los usuarios. Para las madres y padres aceptar que el futuro bebé no llevará la carga genética de los dos o de uno de ellos, es todo un desafío que inicia un proceso de duelo. Este duelo, llamado duelo genético es una respuesta emocional relacionada a sentimientos de pérdida por la imposibilidad de procrear un heredero con el ADN familiar; es decir, se pone en juego la proyección narcisista del hijo fantaseado y del hijo como imagen del si- mismo, en otras palabras, se pone en juego las características que aquellos individuos imaginaron o idealizaron que tendrían sus hijas/os y que, en todos los casos distarán de la realidad. A su vez, también implica aceptar que la hija o hijo será parecido a otra persona y poseerá sus antecedentes hereditarios, lo cual puede llegar a cuestionar su identidad como padre o madre, adjudicándole inconscientemente el rol, a quién otorgó el material biológico.
Las clínicas de fertilidad intentan disminuir esta ansiedad sobre la apariencia del niño a través del matching fenotípico que consiste en la elección del donante según características físicas similares a las características del/ los futuros padres como por ejemplo la etnia, el color de pelo, color de ojos, etc.
Epigenética significa “por encima del genoma” y es un campo emergente de la ciencia que estudia los factores no genéticos que existen en el desarrollo del embrión. Estudios recientes desde esta disciplina ofrecen apoyo a los padres que atraviesan este duelo a través de su teoría de regulación genética que establece que el útero gestante y los fluidos maternales le transmiten al embrión moléculas y material que influirán también en las características físicas y psicológicas. Por lo tanto, la madre que lleve en su vientre embriones donados también hará su aporte genético a los mismos ya que un embrión no se desarrolla de la misma manera en un útero o en otro.
Desde la psicología se abren nuevas miradas sobre qué es ser padre y madre, estableciendo que este rol tiene mucho más que ver con la función, el deseo y el amor, que con el aporte genético. Hoy por hoy el modelo de familia está cambiando gracias a movimientos sociales, culturales y a los aportes de la ciencia. En nuestros tiempos, mujeres y hombres solos pueden ser madres y padres cómo también pueden hacerlo quienes no lograban concebir por dificultades biológicas.
La filiación y la identidad no depende de un ADN en común, sino de un vínculo que es fantaseado, deseado, construido y deconstruido permanentemente y que a su vez promueve múltiples identificaciones a lo largo de toda la vida de los sujetos. Consideramos que el tratamiento y acompañamiento psicológico a personas que serán asistidas mediante técnicas de donación de gametos o embriones, es indispensable.
Un espacio terapéutico les permitirá a las y los usuarios reflexionar sobre la decisión a tomar, poner en palabras emociones, recibir información de calidad de profesionales especializados en psicología de la reproducción, descubrir ideales y fantasías sobre el futuro hijo, dilucidar su posición ante la maternidad y la paternidad, cuestionar mandatos sociales percibidos y generar recursos internos para afrontar el proceso de aceptación de la donación como una oportunidad y no cómo una pérdida.
Poder tramitar el duelo genético de manera saludable sentará las bases para revelar en un futuro el origen de esa niña o niño a otros miembros de la familia y al niño o niña misma ya que, según las investigaciones, un escaso número de parejas heterosexuales le explica a sus hijos e hijas cuál ha sido el modo de concepción. En cambio, en el caso de parejas homosexuales o madres padres solos, este porcentaje es notablemente mayor.
Si bien anteriormente no se aconsejaba decirles a las niñas y niños que habían sido fruto de técnicas de reproducción asistida, hoy se establece que todas las personas concebidas mediante donación de gametos tienen el derecho de conocer su origen genético y la identidad de sus progenitores si es autorizado legalmente.
Revelar la identidad del niño o niña permite resignificar el vacío constitutivo que puede originarse por una verdad callada. Sabemos también que lo no dicho puede generar síntomas físicos, tensiones familiares y vinculares, que pueden evitarse cuando hay un relato y dialogo claro, abierto y honesto sobre la historia familiar.
Autoras
Lic. Cecilia Taburet MP: 5760
Lic. Constanza Pereyra Esquivel MP: 8505
Coordinadoras de la Subcomisión de “Reproducción Asistida” del Colegio de Psicólogos y Psicólogas de la Provincia de Córdoba