Cierre del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades: disolución de políticas de prevención y asistencia a víctimas de violencia de género

¿El Estado (no) puede ser el enemigo íntimo[1] de las mujeres y diversidades?

El incumplimiento y desentendimiento de los compromisos asumidos por Argentina con las mujeres y niñas es grave, ya que estos compromisos adquirieron rango constitucional en 1994. Previamente Argentina había adherido y luego ratificado su adhesión a la CEDAW (Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer) a través de la ley 23.179. Estamos incumpliendo nuestras propias leyes y normas. Si la violencia es una problemática global entonces la indiferencia del Estado es una vergüenza a escala mundial. De la misma manera son desconocidos los derechos de las personas LGBTTTIQNB*.

Desde un discurso normativo podríamos afirmar que el Estado no puede ser el enemigo de las mujeres y diversidades.

No obstante, Despidos, Eliminación de Ministerios, secretarias, programas, desprestigio de la perspectiva de géneros, así como la prohibición del lenguaje inclusivo son algunas de las palabras de un glosario interminable cuyo indicador común es el hacer desaparecer de un plumazo lo que tanto tiempo nos ha costado conseguir.

La indiferencia, el desentendimiento, la banalización, las excusas y un supuesto ahorro son las herramientas que se ponen en marcha para desarticular, desaparecer, los avances en materia de derechos logrados luego de numerosos debates, esfuerzos y luchas en la historia de nuestro país.

Despidos justamente de las “trabajadoras” que se desempeñaban en instituciones que abordaban las violencias de géneros, un flagelo[2] no resuelto en Argentina. Se desprestigia la importancia del aporte de las trabajadoras tildándolas de casta, ñoquis. No se termina de comprender que lo que se recorta no es sólo el ingreso de las familias de estas o aquellas trabajadores, se recorta derechos a la ciudadanía en su conjunto. Es un gravísimo retroceso.

Cuando la discriminación y las violencias de géneros son el producto de la acción y/u omisión del propio Estado, entonces estamos hablando de vulneraciones de derechos promovidas por este y, por tanto, de la vulneración de los Derechos Humanos de las mujeres y disidencias sexo genéricas.

Desde una lectura de la realidad actual, lamentablemente podemos afirmar que el Estado puede ser el enemigo de las mujeres y las diversidades.

Desde una posición ética y desde una perspectiva de derechos queremos volver sobre la pregunta ¿es admisible que el Estado pueda ser el enemigo de las mujeres y de las diversidades?

Ante la gravedad de la situación, hacemos un llamamiento a la sociedad en su conjunto a defender los derechos que nos corresponden, a expresarnos en tanto ciudadanía activa. Hoy más que nunca nuestros derechos son puestos en duda.

Desde el Observatorio de Géneros, Diversidades y Disidencias del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba, exigimos al Estado nacional y provincial dar prioridad a las Políticas de Géneros y Diversidades en tanto que atraviesan las vidas de las mujeres y diversidades.

 

Observatorio de Géneros, Diversidades y Disidencias del CPPC.

 

[1] Utilizamos esta nominación en diálogo con un artículo de Página 12: El feminismo, ese enemigo íntimo de Milei de Ivana Romero, publicado el 17 de enero de 2024.

[2] Según el reporte del Observatorio de feminicidios ‘Adriana Marisel Zambrano’, que dirige La Casa del Encuentro. Nuestro país registró 127 víctimas de violencia de género en los primeros cinco meses de 2024. hubo 114 feminicidios, 3 lesbicidios, 1 trans/travesticidio y 9 feminicidios vinculados de varones adultos y niños

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