Otro 25N, otro día de memoria y lucha para las mujeres. Otro día para recordar lo conseguido, lo que esta sociedad aún hoy niega a las mujeres. Otro 25N para recordar que de aquellos días oscuros en los que el poder político y patriarcal de las dictaduras nos arrancaba a Patria, Minerva y María Teresa, las hermanas Miraval, ha pasado mucho tiempo y hemos trazado nuevos y mejores caminos colectivos pero no podemos olvidar que no sólo nos faltan las conocidas hermanas Miraval, «las mariposas» como se decían ellas mismas y cariñosamente las seguimos nombrando, nos faltan las miles y miles de mujeres cuyas vidas son arrasadas cada 37 horas en cada femicidio/lesbotransfemicidio en nuestro país o en las 16 mujeres asesinadas a causa de su género en lo que va del 2022 en Córdoba. Tampoco podemos olvidar los trabajos precarizados, el techo de cristal en los puestos de trabajo, los requisitos » especiales» y discriminadores que se plantea a las mujeres, las situaciones de acoso sexual y otras formas de violencias de género que aún atraviesan la vidas de las mujeres en los ámbitos laborales. Las diferentes barreras en el acceso a la salud, las oportunidades desiguales que se vivencian en las instituciones educativas por razones de género. La contínua y permanente publicidad que exige a las mujeres encuadrar en determinados estándares de belleza a condición de ser aceptadas. Las violencias que se dan en las relaciones que se dicen de amor y que contradictoriamente van desvitalizándo, horadando silenciosamente la propia estima, enajenando sueños, la alegría de vivir. Porque hay violencias que no son físicas, que pocas veces se denuncian, que no son delitos penales y sin embargo van socavando a cuenta gotas las subjetividades.
Como Observatorio de Géneros, diversidades y disidencias del Colegio de psicólogos creemos que es en el acompañamiento a las mujeres, niñas y jóvenes, en la puesta en valor de las múltiples y diferentes experiencias de abordaje de las violencias, en el posicionamiento crítico respecto a los modos de subjetivación generizada, en el compromiso ético de formarnos, de revisar nuestros marcos teóricos, de interpelarlos y en la producción intelectual crítica que podemos aportar a nuestro tiempo, que podemos colaborar como profesionales de la psicología.
Aún hoy ser mujeres continua siendo una desventaja, conlleva un riesgo, aún hoy las ciudades, los pueblos se presentan amenazantes, en el campo o en la ciudad ser mujeres supone restricciones a nuestras precarias ciudadanías, pero aunque la realidad se torne hostil, sabemos por las que estuvieron antes y por los caminos que vamos transitando que el trayecto es colectivo, allí lo que cada una en sus casas, en sus camas va logrando se transforma en un saber, en un cambio para todas en la plaza y en la calle. No se trata únicamente de sobrevivir. Hoy más que nunca hacemos nuestra la consigna de ¡¡VIVAS Y LIBRES NOS QUEREMOS!!